Galicia punto y final – «Resumen de la tercera semana de la Vuelta a España»

La Vuelta a España ha llegado a su fin. Todo en la vida se acaba y la Vuelta a España 2014 no iba a ser una excepción. Atrás quedan tres semanas intensas de ciclismo, de subidas, de bajadas, de ataques, de caídas, de abandonos, de alegrías y de sorpresas. A continuación os dejo el resumen de la tercera semana de Vuelta que ha transcurrido íntegramente por Galicia.

Ortigueira-A Coruña

Como transición desde las montañas asturianas hasta las etapas en las que debería decidirse la Vuelta, la organización situó esta etapa sin puertos puntuables pero que transcurría por terrenos sinuosos e incómodos. Hay que señalar que Rigoberto Urán no tomó la salida por enfermedad. Tampoco salieron Haimar Zubeldia, Christian Knees ni Tanel Kangert.

Allá por el kilómetro veinticinco de etapa se formó la fuga definitiva. Cinco hombres pelearían a cara de perro por alzarse con la victoria de etapa. A continuación los cinco hombres que se metieron en la escapada. El eritreo de MTN-Qhubeka Daniel Teklehaimanot, un corredor que, dada su procedencia (que levante la mano ahora mismo el que sepa situar Eritrea en el mapa), llama la atención a los espectadores. Su metro ochenta y ocho de estatura y su piel oscura lo hacen ser fácilmente identificable. Elia Favilli de Lampre, un joven italiano muy combativo a quien la victoria aún le es esquiva. Tranquilo, Elia, la victoria llegará algún día. Lluís Mas, de Caja Rural, que se ha mostrado muy activo en la Vuelta y durante varios días llegó a vestir el maillot de líder de la montaña. Mas ha tomado, con su actuación, el combativo relevo de su compañero de equipo Amets Txurruka, a quien esperábamos en múltiples fugas suicidas y quien ha estado finalmente desaparecido. Por parte de BMC se filtró en la escapada un excelso contrarrelojista, Rohan Dennis. El australiano de veinticuatro años, que este año se impuso de manera sorprendente en la etapa del Tour de California con final en el Monte Diablo y que ha acumulado varios puestos de honor en las contrarrelojes disputadas este este año, buscaba su primera victoria en una grande por etapas. El quinto componente de la fuga era un corredor de Trek: Bob Jungels. Otro jovencísimo croner de tan solo veintiún años que debutaba en una gran vuelta. Jungels, en tan solo dos años como profesional, ha demostrado tener mucho futuro.Habrá que seguir muy de cerca su progresión.

El perfil de la etapa presentaba un final medianamente complicado con unos últimos kilómetros en los que había un tramo adoquinado que picaba para arriba (vale, no era Roubaix, pero no por ello dejaban de ser adoquines). Los favoritos debían estar bien colocados y atentos a lo que sucediese para evitar sustos.

En la escapada era Jungels quien lo daba todo y rodaba como una bestia. Primero Lluís Mas, frito después de unas dos primera semanas muy intensas, y después Teklehaimanot, no pudieron seguir el ritmo de sus compañeros de fuga y dijeron adiós antes de tiempo. Los otros tres continuaban peleando por llegar a meta perseguidos por un pelotón comandado por Giant, el equipo del insaciable Degenkolb. Al paso por el adoquín el pelotón principal se enfiló y quedó reducido a unas cuarenta unidades aproximadamente. Mucho ritmo y muchos kilómetros ya en las piernas como para querer y/o poder aguantar el duro ritmo de cabeza.

A kilómetro y medio para el final el pelotón engullía a Jungels. Unos metros por delante lo intentaba Rohan Dennis. El pelotón se acercaba irremediablemente. Lo intentó también Elia Favilli, su último cartucho. Había que probarlo, la victoria estaba solo a 1000 metros. Pero los velocistas no perdonan una. No hubo suerte, el dúo formado por Favilli y Dennis fue cazado a 500 metros de la meta.

Degenkolb se impuso en el sprint luciendo su jersey verde de líder de la regularidad. Matthews fue segundo. El tercer puesto de la etapa lo ocupó Fabian Cancellara. Sí, a pesar de este sprint o de haber sido segundo en la volata de la Milán-San Remo de este año, aún hay gente que piensa que Cancellara no es rápido. No será Kittel o Cavendish pero cuando pone la directa…

Nueva victoria para Degenkolb, la cuarta. Si a las cuatro victorias de Degenkolb sumamos las dos de Bouhanni y la de Matthews al final resulta que no ha quedado un recorrido tan lamentable para los velocistas. Bien es verdad que, para los velocistas puros, incapaces de subir un badén, el recorrido no tenía apenas interés.

A Estrada-Monte Castrove en Meis

Las subidas y las etapas las hacen duras los corredores. Un nuevo ejemplo de esto lo dio la subida final a Monte Castrove, un puerto de segunda categoría de siete kilómetros que combina rampas duras con zonas de descanso. Un terreno apto para que no hubiese grandes diferencias e incluso para que llegara mucha gente junta. Y sin embargo hubo mucha guerra en la ascensión final de Monte Castrove.

Los fugados, Luis León Sánchez (Caja Rural), Hubert Dupont (Ag2R) y Johan Le Bon (FDJ), ya habían sido cazados cuando el pelotón, conducido por el conjunto Sky, que no puede evitar correr como si fuese el líder de la carrera aunque no lo sea, llegó a las primeras rampas de la subida. Allí se iniciaron los primeros movimientos. Christophe Le Mével primero, Alessandro De Marchi después… tras ellos hubo un tímido movimiento de Joaquim Rodríguez, seguido de los más fuertes, y una posterior reagrupación.

La subida estaba siendo muy caótica y desordenada cuando tras un parón lo intentaron Barguil y Jérome Coppel. Barguil fue absorbido por el grupo pero Coppel no cejó en su empeño. El francés de Cofidis ha renacido tras pasar un par de años entre los muertos. Coppel ha ido haciendo cositas en las últimas temporadas pero la sensación general que transmite es de estancamiento. En esta Vuelta ha estado voluntarioso y presente, que ya es algo positivo. Ganar es la aspiración y pocas veces se consigue, lo que es obligatorio es intentarlo y dejarse ver. El movimiento de Coppel gozaba de unos cuantos segundos de ventaja hasta que Fabio Aru, sobresaliente en su debut en la Vuelta, lanzó un ataque que, como en Aralar, gozó del permiso de los más fuertes. Faltaban tres kilómetros y medio para la meta y Aru tenía unos metros de ventaja.

A tres para la meta se produjo el primer cambio de ritmo serio a cargo de Joaquim Rodríguez al que salieron, cómo no, Valverde, Contador y poco a poco y con dificultad Froome. El resto del grupo saltó en mil pedazos. Casi tenían cazado a Aru cuando de nuevo se produjo un parón, momento que aprovechó Froome para decir “ahí os quedáis” y dejar a los tres españoles atrás. Caras de póker en el trío español. Purito acababa de atacar y seleccionar el grupo así que le dejó el marrón a los otros dos. Contador pensaba que era responsabilidad de Valverde puesto que el murciano debía defender su segunda plaza. El de Movistar pensaba que era Contador, en calidad de líder de la carrera, quien debía responder al cambio de Froome. Viendo a Contador y Valverde parece que tenían un pacto tácito: “vale que salga Aru. Vale que salga Froome. Pero si ataca Joaquim vamos a por él como si nos hubiese robado el Rolex”. El resultado: los tres españoles haciendo el ridículo y Froome y Aru yéndose por delante y abriendo hueco. Lo peor de todo es que no fue un ataque demoledor. A Froome le bastó con abrirse a la izquierda e incrementar un poco el ritmo. Fue un ataque de fácil respuesta pero ninguno quiso ir a por él. Quien más hizo el ridículo fue Valverde que poco después, cuando ya tenía perdido el segundo puesto del podio, se puso a tirar del trío, desganado y sin piernas suficientes para cazar a los de delante. Un nuevo arreón de Joaquim al que por supuesto sí salió Valverde, les acercó al dúo de cabeza pero incomprensiblemente pararon de nuevo. Era como si les diera igual que los de delante les metieran tiempo siempre y cuando ellos tres llegaran juntos a meta.

Aru y Froome, que no especulaban, llegaron juntos al final. El italiano le cedió de manera inteligente el último relevo a Chris Froome, un corredor que, cuando no va sobrado de piernas, es una calamidad resolviendo etapas. Por supuesto, la etapa fue para Aru que rebasó al británico sin problemas. A trece segundos de ellos (más las bonificaciones) llegaron, dando el cante, Los Tres Tenores.

Bonita etapa que tuvo cierto sabor a gran clásica. Además sirvió para que Froome se colocara segundo en la general en detrimento de Valverde a quien le quedaba el consuelo de seguir por delante de Purito.

Salvaterra de Miño-Cangas deMorrazo

Laurent Mangel (FDJ), Wout Poels (Omega), que se ha movido mucho tras la baja de Rigoberto Urán, y Pim Ligthart (Lotto), uno de los más combativos de esta edición aunque siempre en fugas condenadas al fracaso de antemano, formaron la escapada del día. Justo antes de comenzar la segunda y decisiva ascensión del día, el Alto Monte Faro, un puerto de segunda que se coronaba a quince de meta, los fugados fueron neutralizados.

En la subida se marchó por delante Alexey Lutsenko que consiguió una escasa renta de diez segundos. El ucraniano de Astana ha sido muy valiente durante toda la carrera y se ha dejado ver mucho.

En la bajada del puerto Samuel Sánchez condujo al grupo pero, muy a su pesar, no consiguió abrir hueco ni contactar con Lutsenko. También en el descenso del puerto se vivió uno de los momentos más terroríficos de la Vuelta: la caída de Dario Cataldo. El italiano se fue al suelo y quedó inconsciente en el suelo durante unos segundos. Por suerte pudo levantarse y continuar pero el susto fue mayúsculo.

El pulso de Lutsenko con el pelotón fue tremendo. Durante varios kilómetros el ucraniano demostró su clase de contrarrelojista y fue destrozando un perseguidor tras otro. Giant iba dejando hombres en el camino para intentar cazar a Alexey. Solo un durísimo repecho situado a cinco kilómetros de la meta pudo acabar con la resistencia del fatigado corredor de Astana. En el momento de su neutralización aprovechó para atacar Peter Kennaugh quien solo pudo estirar el grupo. Al movimiento de Kennaugh le dio continuidad un clásico de las grandes vueltas, Adam Hansen, que abrió el hueco justo en el momento en que parecía que su intento de fuga iba a morir.

En el pelotón no había organización suficiente para coger al australiano de Lotto. Lutsenko había destrozado a los Giant de Degenkolb y los demás equipos tampoco tenían mucho más que ofrecer, sobre todo sabiendo que luego en la recta de meta los remataría el alemán.

Es así como Adam Hansen consiguió mantener su ventaja y cruzar en primera posición la meta situada en Cangas de Morrazo. Enhorabuena por él. El sprint del grupo lo ganó, por supuesto, John Degenkolb.

Santa Estevo de Ribas do Sil-Puerto de Ancares

La Vuelta se iba a decidir en la penúltima etapa. En esta ocasión también había, al igual que el día de La Farrapona, terreno para hacer daño sin tener que esperar al último puerto. Antes de llegar a las mismísimas puertas del Infierno, también conocidas como Puerto de Ancares (doce kilómetros con una pendiente media del 9,2% y algunas rampas próximas al 20%) los corredores debían pasar un segunda, un tercera y un primera, el Alto de Folgueiras de Aigas, que se coronaba a diez kilómetros del comienzo de Ancares.

Nadie se atrevió a probarlo en Folgueiras, pero era una oportunidad magnífica para haberlo hecho. Poco antes que el pelotón liderado por Sky, habían pasado por la cima de Folgueiras los escapados de la jornada. Cuatro hombres de nivel que se habían embarcado en una aventura loca viendo el ritmo que por detrás impuso el equipo británico. Jérome Coppel (Cofidis), Wout Poels (Omega), Przemyslaw Niemiec (Lampre) y Maxime Mederel (Europcar) lucharon sin éxito por inscribir su nombre como ganadores en la cima de Ancares. De todos ellos el que más lejos llegó fue el polaco Niemiec que ya se había llevado la etapa con final en los Lagos de Covadonga pero que seguía con ganas de dar guerra. El corredor de Lampre fue neutralizado en las primeras rampas duras de Ancares a casi diez kilómetros para la meta. En ese momento el irlandés Philippe Deignan de Sky estaba poniendo un ritmo muy fuerte en cabeza que redujo el grupo de favoritos a solo nueve corredores.

Bajo la pancarta de nueve a meta Joaquim Rodríguez, que ya lo tenía todo perdido, se lió la manta a la cabeza y se fue solo hacia delante. Y con valentía. En esta ocasión no hizo uno de sus clásicos ataques a rueda de un compañero. Él asumió toda la responsabilidad intentando crear grandes diferencias. Este mismo movimiento ya lo hizo el último día de montaña en el Tour de 2013. Joaquim se muestra valiente solo cuando ya lo tiene todo perdido, una lástima. Al movimiento del líder de Katusha no reaccionó nadie. Ni siquiera Valverde. Bien es verdad que el murciano no tardó mucho en intentar dar caza a Joaquim y marcó un ritmo de persecución por detrás.

A seis de la llegada Froome apretó el botón del turbo y se fue hacia delante. Aru se descolgó, Contador cedió unos metros y Valverde cogió la rueda del británico hasta que, justo cuando enganchó con ellos Contador, reventó como una piñata.

Froome y Contador se estaban disputando la Vuelta en un mano a mano, con Purito unos cuantos metros por delante. El corredor de Sky subía a buen ritmo con Alberto pegado a su rueda y cada cierto tiempo intentaba un cambio de ritmo para descolgar a Contador pero el de Tinkoff no cedía. Así llegaron hasta Joaquim que tras el esfuerzo realizado no pudo seguir el ritmo de Froome mucho más tiempo y perdió rueda. A Joaquim poco después le daría caza su archienemigo, Alejandro Valverde, que en el mismo momento en que llegó a la rueda del corredor de Katusha le atacó con muchísima fuerza. En pocos muy pocos metros Valverde se convirtió en un destello en el horizonte para Purito.

En el último kilómetro Contador hizo lo mismo que en La Farrapona. Después de racanear toda la subida a Froome, de aguantarle la rueda sin darle ni un solo relevo, le atacó y se marchó en solitario. Cruzó la meta, exultante, señalándose la misma rodilla que dos meses antes se había hecho polvo en una caída durante la disputa del Tour de Francia. No hubiese estado mal que Contador le hubiese dado las gracias a Froome. Quién sabe si lo habrá hecho, igual hasta le regala un jamón por Navidad. En parte, su ventaja en la general y sus dos victorias de etapa se las debe al trabajo del británico.

Los corredores llegaron a meta en el mismo orden que ocupaban en la general: Contador, Froome, Valverde, Joaquim, Aru. Se confirmaba que ellos, y precisamente en ese orden, habían sido los más fuertes de la Vuelta.

Solo restaba la disputa de la contrarreloj final de Santiago para ponerle el punto final a la Vuelta de 2014.

Santiago de Compostela-Santiago de Compostela

La última etapa se presentaba como un mero trámite a pesar de ser una etapa contrarreloj. Las diferencias que había entre los hombres de la general y los tan solo diez kilómetros del recorrido hacían impensable que se diese algún cambio importante en la clasificación sin que ocurriera algún tipo de accidente como un pinchazo o una caída. Así que el interés de la etapa se reducía a saber quién sería el ganador de la contrarreloj.

Jimmy Engoulvent de Europcar, el tercero en tomar la salida en la etapa, marcó un tiempo aceptable en meta que solo pudo ser superado por uno de los favoritos a la victoria, el neozelandés Jesse Sergent. Poco después su tiempo sería batido por el del italiano de Movistar Adriano Malori que pasaba a liderar la clasificación de la etapa. Kiryienka anduvo cerca de Malori pero al final se quedó, como Engoulvent, a diecisiete segundos de Malori.

En el punto intermedio del kilómetro cinco, el corredor Rohan Dennis marcó el mejor tiempo, pero desgraciadamente para él comenzó a llover y su tiempo final fue nueve segundos peor que el marcado por Malori. Mala suerte para el australiano Dennis.

De ahí en adelante la etapa se convirtió en un paseo para el resto de corredores. La lluvia deslució la batalla final por la etapa ya que la crono se disputaba en un terreno urbano resbaladizo y lleno de curvas. Ir rápido era un riesgo inútil e innecesario. A algunos corredores como Cadel Evans, Andrew Talansky o Luis León Sánchez les cayó un gran chaparrón encima.

Aunque al final dejó de llover, el suelo seguía mojado, lo que hizo que se supiera de antemano que Adriano Malori sería de todas, todas, el ganador de la etapa. Ante este panorama, la contrarreloj de Santiago se convirtió en algo así como una gran vuelta de honor para los ciclistas.

Como era de esperar desde el día anterior, Alberto Contador se proclamó campeón de la Vuelta a España 2014. El pinteño ya ha ganado un Giro en chanclas y una Vuelta cojo. ¿Qué será lo próximo que haga? Enhorabuena a él y a todos los participantes de esta Vuelta a España que recién terminó.

Amigos, se acabó la Vuelta. Por suerte aún quedan varias carreras apasionantes como el Mundial de Ponferrada y Lombardía. Nos seguimos viendo por www.roadandmud.wordpress.com y por @_RoadAndMud hasta el final de la temporada. ¡Y vayan preparándose porque ya huele a temporada 2015!

Escrito por:
@AbdonRV

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